Antes de 1956 toda la carga se transportaba a través del transporte de carga fraccionada, un proceso tedioso y laborioso que implicaba cargar y descargar una variedad de fardos, bultos y cajas de formas extrañas. En el puerto de Newark en Nueva Jersey, durante la gran depresión de Estados Unidos en 1937, un camionero de 24 años, Malcom McLean esperaba durante horas mientras observaba como decenas de trabajadores descargaban un montón de camiones. Se le ocurrió la idea de una caja apilable de tamaño universal que no necesitara ser desempaquetada.
A la edad de 40 años, McLean pidió un préstamo al banco Citibank de Nueva York y en 1956 consiguió el primer barco portacontenedores, el Ideal X, que navegó desde Port Newark a Europa con 58 contenedores marítimos a bordo.
Para un camión individual, el nuevo sistema ahorraría al conductor alrededor de un día completo cada vez que llegaran al puerto para descargar, pero en general los trabajadores del barco ahorrarían más de una semana en cada extremo del viaje. La simple invención significaba que los puertos podrían aumentar las exportaciones exponencialmente a un ritmo que era completamente inimaginable hacía solo unos años.
El mundo del transporte marítimo comprendió rápidamente las mejoras de este nuevo sistema en el que un camión o un tren podían llevar el contenedor hasta el puerto y allí cargar y descargar los barcos muy rápido. De esta manera el sistema de containers marítimos se propagó y fue implantado por todos los transportistas.
El mercado fue dominado por Europa y Estados Unidos hasta el año 2000, a partir de ahí el marino líder en el mundo fue China, no solo fabricaba el 90 por ciento de los contenedores marítimos del mundo, sino que también los puertos chinos manejaban 195,9 millones de contenedores al año, consolidando su posición como uno de los centros de envío más importantes del mundo. A partir del año 2000 creció el tráfico de mercancías y los buques portacontenedores empezaron a crecer en capacidad llegando a poder transportar más de 6000 módulos marítimos.
Fuera del mundo de la logística, los contenedores marítimos usados se están reciclando transformándolos en viviendas prefabricadas, dando nueva vida a la caja rectangular simple.
La vida activa de un contenedor marítimo es de 15-20 años. Están hechos de acero, por lo que se pueden reciclar, aunque es un proceso que requiere mucha energía. Una de las mejores formas de reciclarlos es reutilizarlos como almacén o vivienda.
Los constructores de todo el mundo han estado experimentando con diseños ecológicos y rentables que demuestran que los contenedores marítimos usados son una alternativa viable a la vivienda tradicional. En Dinamarca, por ejemplo, se desarrolló un complejo de viviendas completo para estudiantes utilizando contenedores flotantes en un canal.