La cámara frigorífica portátil está ideada para poder transportar alimentos sin romper su cadena de frío, hoy os contamos su importancia.
El transporte de alimentos, sobre todo frescos y congelados, requiere unos altos requisitos de higiene y seguridad para conservar sus características y que no se estropeen.
Las cámaras frigoríficas ayudan a respetar y proteger los alimentos durante su transporte. Estas pueden usarse tanto en traslados marítimos como terrestres.
Estos contenedores refrigerados o reefer sirven para controlar en todo momento la temperatura de la mercancía y realizar un seguimiento detallado de la misma.
Pueden tener distintos tamaños y cuentan con un equipo propio de generación de frío, con un rango de temperatura programable entre -40ºC y +30ºC.
La importancia de conservar la cadena de frío en la cámara frigorífica
La gestión adecuada de la cadena de frío ayuda a maximizar la vida útil de los alimentos y previene las enfermedades transmitidas por su consumo.
Las cámaras frigoríficas ayudan a mantener la cadena de frío, evitando la proliferación de microorganismos patógenos en los alimentos sin alterar su sabor y sus cualidades.
Los alimentos frescos perecederos deben estar a una temperatura de 0ºC a 7ºC, mientras los productos congelados o ultracongelados entre -12ºC y -18ºC.
Carne, pescado, productos lácteos o vegetales necesitan temperaturas de conservación controladas. Los contenedores frigoríficos permiten asegurar en todo momento la temperatura idónea para los alimentos.
Qué sucede si se rompe la cadena de frío
- Los vegetales y hortalizas frescas: la rotura de la cadena de frío acelera el proceso metabólico de maduración y la velocidad de las reacciones de deterioro enzimático se duplica, por tanto, se reduce el tiempo de conservación pudiendo llegar a estropearse el alimento.
- En el caso de la carne y el pescado, la refrigeración frena la acción de los microorganismos y los procesos químicos y físicos afectan a su calidad.
- En los congelados, si no se mantienen en la temperatura adecuada, se alteran sus proteínas, se generan olores y pardeamientos extraños y proliferan bacterias patógenas.